Llevaba un par de semanas un poco desmotivado, ya que mis ultimas salidas fotográficas habían sido frustrantes. Las luces no acompañaban y no encontraba encuadres satisfactorios, un desastre vaya.
El hecho de poder salir a fotografiar solo los fines de semana, hace que cuando una salida no es fructífera, la espera para la siguiente se haga eterna, y cuando llega el viernes estoy ya con el gusanillo y esos nervios previos, mirando las previsiones meteorológicas y decidiendo a que localización ir.
Este pasado fin de semana, volvía a un lugar que me gusta mucho, de las pocas calas casi vírgenes que quedan en la costa brava, pero donde nunca he tenido demasiado suerte con las luces. La cosa esta vez tampoco pintaba muy alentadora, con nubes bajas y poco estéticas tapando la salida del sol, pero de todas maneras intenté aprovechar al máximo lo que había.
Cuando acabé visité algunos sitios nuevos tomando nota mental para futuras salidas, y ya en el coche de vuelta a casa, pensaba en que esa dificultad añadida de la fotografía de paisajes, también es un gran aliciente, y el premio a la persistencia, tarde o temprano acaba llegando
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Costa brava 2012 |